Una breve revisión descriptiva y analítica de algunas autoras latinoamericanas de Fantasía juvenil, representando a Argentina, México y Chile, y de sus principales obras. Justificación y enfoque Como autora y lectora sudamericana, mi incorporación al equipo estable de La Nave Invisible coincidió con un renovado interés hacia la producción literaria de Fantasía en mi continente, gracias al descubrimiento de valiosas voces femeninas que me hicieron abrir una nueva línea de investigación a la que abocarme. Por ello, decidí que parte de mis colaboraciones para este proyecto intentarían ir por los cauces de este hallazgo, de manera paralela a mis estudios académicos y personales. Para entonces, había ido adentrándome poco a poco en mi contacto con el campo literario en España y ya había detectado una situación que me resultaba tan curiosa como anómala: el aparente desconocimiento o desinterés generalizado por la literatura de imaginación latinoamericana, aun cuando se compartiese el idioma. Por supuesto, comprendía que existían muchas barreras importantes al momento de restringir o impedir la difusión de obras y autores, pero me seguía resultando una situación extraña en tiempos presuntamente globalizados. Considerando la mayor estabilidad y diversidad de los movimientos en España, no podía entender que no hubiera curiosidad por dirigir de vez en cuando la atención y los esfuerzos hacia este lado del charco, y que en cambio las producciones europeas y norteamericanas acapararan casi todo el interés. Evidentemente, esta distancia posee muchos ribetes, demasiados como para poder abordarlos críticamente en estas líneas. ¿Cómo intentar enmendar este problema, entonces? ¿Qué podía hacer yo para contribuir a ello? Los movimientos de España me parecían cada vez más fortalecidos e interesantes, y me apenaba que nadie cercano a mi entorno los conociera ni se animara a trabajar con ellos. Por otra parte, descubría cada vez más referentes de alta calidad en mi propio continente, y me frustraba que en España no se los conociera ni promocionara, a excepción de algunos nombres que poco a poco han ido difundiéndose por distintas vías, ya sean sellos independientes o grandes casas editoras. En esa línea, es evidente que las argentinas están destacando con sus trabajos de ciencia ficción, de terror y de lo fantástico. Pero ¿y el resto de los países latinoamericanos? ¿Y la Fantasía? Preguntas como éstas me llevaron a pensar que mi participación en un proyecto tan diverso como La Nave Invisible podía permitirme hablar de otras autoras, bastante menos leídas y reseñadas por las comunidades de género españolas, y que se especializaran en Fantasía. La principal razón de este último enfoque es muy simple: porque es lo que amo. Y algo que me atrae en particular de este esfuerzo de difusión es poder hablar de una expresión de la Fantasía que hoy en día recibe una carga adicional de prejuicios: la Fantasía infantil y juvenil. Estoy convencida de que este tipo de literatura es una expresión privilegiada de la Fantasía, una que le entrega la posibilidad de alcanzar grandes cotas estéticas y abarcar un sinfín de temas valiosos para nosotros, sin importar nuestras edades. He seleccionado tres países, Argentina, México y Chile, que son aquellos cuya producción de Fantasía más conozco en Latinoamérica. Argentina Liliana Bodoc La autora argentina por excelencia en Fantasía, a cuya sombra se cobijan muchos de los nuevos autores trasandinos que están publicando sus obras de imaginación. Su Saga de los Confines, compuesta por tres novelas y una compilación de cuentos, supuso un hito debido a su arriesgado enfoque: un proyecto que, recogiendo elementos culturales de diversos pueblos precolombinos, buscaba narrar una suerte de épica fantástica del conflictivo encuentro entre Europa y América. Lamentablemente, la valoración excesivamente alegórica y americanista de esta obra por estos lares tendió, a mi juicio, a desplazar sus méritos intrínsecamente estéticos. Por eso mi lectura personal insiste en concebirla como una obra que trabaja de una manera muy particular con códigos y aspectos estéticos característicos de la Fantasía a partir de la referencia reelaborada de los pueblos autóctonos latinoamericanos, y que buscaría más bien reflejar cómo el mal es capaz de pudrirlo todo, incluso a los propios aliados. Como sea, el lector o lectora interesado, sin importar su nacionalidad, se encontrará con un trabajo de prosa poética y una cadencia singular, personajes de rasgos muy arquetípicos que aun así consiguen ser entrañables, y una concepción de la magia muy interesante, vinculada a fuerzas naturales inenarrables. Márgara Averbach Márgara Averbach posee una extensa trayectoria en un campo repleto de grandes talentos: la literatura infantil y juvenil argentina, sobre todo la escrita por mujeres. Más cercana al realismo, ha incursionado en la Fantasía con su saga infantil Historia de los cuatro rumbos y con la novela autoconclusiva Umbrales. Desde este imaginario, Márgara destaca por presentar una visión muy fuerte de colectividad, ecología y lenguaje poético, en buena parte inspirada por sus propios estudios y trabajos sobre culturas originarias, incluyendo tribus norteamericanas. Con Ursula K. Le Guin como referente, la autora ha sabido retomar algunos aspectos antropológicos en sus obras imaginativas. Esto se aprecia sobre todo en aquello relacionado con las cosmovisiones nativas de nuestro continente, como podrían ser los conceptos de comunidad, la integración de la naturaleza y las narraciones colectivas. Un ejemplo concreto de esto podría evidenciarse en la concepción de la magia en la saga Historia de los cuatro rumbos, pues se aparta de la convencional tendencia de las reglas y opta en cambio por la identidad que aporta a cada personaje y la forma en la que les permite relacionarse con su entorno. En esta saga se cuenta la historia de cuatro jóvenes magos que se ven envueltos en la salvación de su mundo. Cada novela correspondería a uno de los cuatro rumbos aludidos en el título, presentando así los periplos personales de los protagonistas enmarcados en una épica mayor. Destacable es que, para la autora, esta visión no dicotómica ni jerárquica es parte de un proyecto poético, pero también ideológico. Estas evidentes similitudes con el trabajo de Bodoc permite que ambas aporten una dimensión sumamente valiosa a la discusión sobre las particularidades que podría llegar a tener una Fantasía latinoamericana. México Verónica Murguía A diferencia de las argentinas, la Fantasía de Verónica Murguía apuesta apasionada y explícitamente por el imaginario de un medioevo europeo ficticio en el que existen los magos, elfos, dragones y Faërie. Lo distintivo de Murguía es su estilo. Su prosa es una maravilla en ritmo, imágenes y precisión léxica, lo que le permite tanto retratar con nitidez sus mundos ficcionales como ahondar con delicadeza en la sicología de sus personajes y sus conflictos. Esto se aprecia bien en dos de sus novelas juveniles: Loba y El fuego verde. De la primera ya he escrito, abordando la figura protagónica de Soledad, princesa guerrera, en la búsqueda de su destino. De la segunda podríamos contar brevemente que narra la formación de la joven Luned como cuentera, a partir de su viaje desde los bosques de su infancia a la caótica y opresiva ciudad de Corberic. En la experiencia, Luned descubre el poder catártico del arte y cómo Faërie puede ser un mundo tan bello como peligroso. El trabajo literario de Verónica recupera al menos tres aspectos fundamentales de la fantasía, hoy en día en lamentable retirada. El primero sería la belleza del lenguaje, que se percibe como un estilo depurado a lo largo de los años. El segundo, una profundidad en sus personajes que lo mismo se aparta de lo maniqueo como del cliché de la gama de grises. Y el tercero, la noción de eucatástrofe, el verdadero corazón de toda buena fantasía. Lo anterior vuelve la obra de Verónica una gran lectura para nosotros, los viudos de la fantasía moderna (y anterior), horrorizados ante la mediocridad estética y moral de muchas obras contemporáneas de moda. Chile Camila Valenzuela Nieve negra, Premio Barco de Vapor 2014, daría inicio a un proyecto personal de la autora: reescribir algunos cuentos de hadas en un contexto chileno, preservando arquetipos y añadiendo nuevos factores, así como expresando una visión explícitamente feminista. Nieve negra presenta dos líneas argumentales: la de una adolescente santiaguina que encuentra un misterioso espejo en la casona a la que se ha mudado con su familia, y la de la llegada de una enigmática desconocida a una casona colonial, interrumpiendo la dinámica entre el dueño de la casa y su hermosa hija, retrato vivo de su difunta esposa. La figura de Blancanieves se ve plasmada en la tensión entre madre (y madrastra) e hija, una lucha de poder y resistencia que trasciende generaciones. Entre los aspectos más llamativos de esta novela se encuentra la diferenciación de registros para ambos planos. El registro de la línea colonial adopta un estilo poéticamente sobrio, mientras que el de la línea contemporánea se debe a la voz coloquial en primera persona de la protagonista adolescente. Otro aspecto llamativo es el de la figura de la negra, ambigua protectora de la hijastra de la línea colonial y aparentemente construida a partir de trazas mágicas asociadas a las mujeres machi, curanderas de la cultura mapuche. Claudia Andrade Ecchio Con Maleficio: El brujo y su sombra, editada por Loba Ediciones, Claudia Andrade da inicio a una serie inspirada en la tradición de la Recta Provincia, cofradía histórica de brujos chilenos que ejercieron una resistencia sostenida contra las fuerzas colonialistas. A pesar de contar con una narración muy ágil, la estructura de la obra se complejiza al sostenerse en las voces de un trío de protagonistas de personalidades muy distintas. Los tres expresan sus visiones y vivencias en primera persona, pero también interactúan con sus sombras, suerte de familiares o espíritus protectores, sin que medien incisos de aclaración. Este entrecruzamiento de múltiples voces no interfiere, sin embargo, la fluidez de esta historia de traiciones, ambigüedades y recelos. Otro aspecto destacado de la obra es su curioso sistema de magia. Aunque recuerda a propiedades exhibidas en otras novelas de Fantasía o incluso en animes, la autora en realidad se ha inspirado también en el propio acervo histórico de la Recta Provincia, cuyo legado consigna muchos detalles de la magia que han sido retomados y reelaborados en la novela. Así, a medio camino entre la documentación histórica de un aspecto fascinante de la cultura chilena y una meticulosa artesanía literaria, Maleficio se presenta como una obra singular dentro del panorama del Young Adult chileno. Los comentarios están cerrados.
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AutoraPaula Rivera DonosoSi alguno de estos textos te es de utilidad, ¡recuerda citarme en tu bibliografía! También puedes hacer una donación en el botón de abajo. Muchas gracias~
Artículos sobre FantasíaEsta es una selección de artículos que he escrito sobre Fantasía. Son de tres tipos: reseñas, columnas y conceptos. Para textos académicos, consultar aquí. ContenidosÍndice de artículos aquí. CategoríasArchivos202220162015 |