Sobre los orígnes del concepto "Fantasía" en español y claves para tres interpretaciones preliminares. TEMAS: Siempre que le contaba a alguien que me gustaba la Fantasía me encontraba con una expresión de desconcierto, en parte porque cada persona parecía entender una cosa distinta por esa palabra. Y es que deben ser pocos los conceptos que son capaces de generar tanta confusión y recelo como el de “Fantasía”, que en la amplitud de sus significados puede asociarse tanto a algo que no existe en el mundo real como a un deseo erótico, pasando por ser sinónimo usual de puerilidad o ridiculez. Con el tiempo, terminé descubriendo y delimitando cuál era mi concepción personal de la Fantasía gracias a la lectura de diversas obras y a infinitas conversaciones con personas que compartían mis visiones. Pero tras este descubrimiento práctico me quedó la duda respecto a si era posible definir a la Fantasía y sus múltiples sentidos desde una óptica lo más teórica y “objetiva” posible, antes de identificar tanto mi concepción personal como las de otros. Primero me pregunté de dónde venía el término de «Fantasía». Descubrí así que su origen etimológico proviene del griego “Phantasos”, nombre de un dios encargado de producir los sueños. El término se extendería posteriormente hasta designar tanto la imaginación como las apariciones de todo tipo. Pero eso aún parecía demasiado vago y distante. Buscando una fuente más cercana a nuestro contexto, me dirigí a la RAE. ¿No es lógico buscar justamente en el diccionario alguna palabra que nos genere dudas sobre todos sus posibles sentidos o usos? Para mi sorpresa, me encontré con que la entrada a “Fantasía” consignaba ¡seis! significados distintos que, de alguna forma, remitían a estos orígenes y que se relacionaban con las diversas nociones que tienen las personas respecto a la Fantasía. Leí entonces estos significados uno por uno: 1. Facultad que tiene el ánimo de reproducir por medio de imágenes las cosas pasadas o lejanas, de representar las ideales en forma sensible o de idealizar las reales. 2. Imagen formada por la fantasía. 3. Fantasmagoría (ilusión de los sentidos). 4. Grado superior de la imaginación; la imaginación en cuanto inventa o produce. 5. Ficción, cuento, novela o pensamiento elevado e ingenioso. 6. Presunción, arrogancia o gravedad afectada. De esta lista, me di cuenta de que podía agrupar sus elementos en al menos dos categorías bien definidas: a) Conformación y percepción de imágenes que no existen en el mundo real y que normalmente no pueden ser captadas por los sentidos, aun cuando en un tiempo pasado algunas puedan haberlo sido. Para aquel que las percibe, estas visiones cobrarán una naturaleza que a sólo a éste le parecerá concreta, o bien, por lo menos será una que lo haga dudar respecto a si es efectivamente real o no. Aquí se incluyen las definiciones 1, 2 y 3. Como palabras clave podríamos mencionar nostalgia, ilusión, ensueño, confusión. b) Creación ficcional deliberada y consciente, que exige el máximo de las facultades ya no sólo creativas, sino derechamente creadoras y demiúrgicas de los seres humanos. Al ser una acción voluntaria, se debe presuponer que las confusiones presentes en la anterior categoría, que situaban al que experimentaba la “Fantasía” en una frontera entre realidad e ilusión, no tendrán sentido aquí. En otras palabras, se podría decir que este creador sabe qué es realidad y qué no lo es, pero que precisamente por eso puede recoger esta “Fantasía” y pulirla hasta el nivel más alto: el arte. Como palabras clave podríamos mencionar, entonces: creación, arte, conciencia, ficción. Por si fuera poco, vi que existían también tres locuciones adjetivas asociadas al término. “de Fantasía”: 1. Dicho de una prenda de vestir o de un adorno: Que no es de forma o gusto corrientes. 2. Dicho de un objeto de adorno personal: Que no es de material noble o valioso. 3. Dicho de una joya: De imitación. Tenía muchos pendientes, anillos, brazaletes, etc., todos de fantasía. De esto concluí que, si bien la Fantasía en sí misma tenía una naturaleza bastante positiva en términos conceptuales, cuando se hablaba de ella desde aquellas cosas que presentarían características fantásticas, su naturaleza se volvía negativa. Luego, extrapolé lo que se decía de estos objetos físicos a una visión más abstracta de la Fantasía. Primero, se menciona que la Fantasía es algo poco común, una preferencia escasa en relación con la mayoría. Eso quiere decir que se trata de una minoría percibida como extraña y, quizá, hasta amenazante. Será entonces algo que despertará la necesidad de castigar o eliminar, como ha sucedido históricamente con todo tipo de minorías. Segundo, se menciona que la Fantasía derechamente no tiene valor, que sus componentes son pobres. Será entonces algo inútil, que no vale la pena. Tercero, se menciona que la Fantasía viene a ser una réplica mala y fácilmente reconocible de otra cosa (¿el mundo real?). Será entonces algo que nunca podrá reemplazar el original al que intenta imitar, y tendrá que cargar con la responsabilidad de ser un sustituto insignificante. El concepto se definirá, por consiguiente, como algo negativo: lo que no es real. De estas deducciones pude sostener una tercera categoría: 3) Elemento de escaso o nulo valor que busca fallidamente suplantar el mundo real y concreto. Presenta una escasa adhesión por parte de los seres humanos, y quienes se sienten atraídos por ella se vuelven parias, o bien, porque son parias de antemano es que se sienten atraídos por la Fantasía. Como palabras clave podríamos mencionar: réplica, insignificancia, minoría, falsedad. Estas tres categorías anteriormente esbozadas, a mi juicio, pueden ser muy útiles como opción para analizar el estado general y actual de la Fantasía como se percibe en Chile —y, por extensión, en países de habla hispana—, enfocándola especialmente en la literatura. Por un lado, tendremos una literatura que se situará en la imposibilidad de determinar si los hechos sobrenaturales son reales, oníricos o una ilusión de los sentidos: es decir, un quiebre en la realidad que hará tambalear para siempre la percepción fija que tenemos de ella. Por otro, tendremos una literatura que se basa en la más noble de las acepciones de Fantasía y que supondrá la creación íntegra de un universo narrativo completamente autónomo respecto al mundo real, donde lo sobrenatural no provocará confusiones por ser algo natural dentro de ese universo ficticio. Por último, tendremos una literatura que pretenderá llegar a la excelencia de la categoría anterior, pero que finalmente no lo logrará ni en términos estéticos ni artísticos, malogrando así su naturaleza noble y despertando el recelo y escarnio del resto de la comunidad. Literatura fantástica, Fantasía/Fantasy y literatura fantasiosa, respectivamente: esa es la particular y un tanto polémica tipología que logré esbozar a partir de este ejercicio y que empezaremos a abordar en la siguiente entrada, la segunda parte de “¿Qué es la Fantasía?”. Fuentes: • Etymonline • RAE SERIE COMPLETA "¿QUÉ ES LA FANTASÍA?" • ¿Qué es la Fantasía? (Parte I : Definiciones preliminares) • ¿Qué es la Fantasía? (Parte II : Lo fantástico y el real maravilloso) • ¿Qué es la Fantasía? (Parte III : La Fantasía) • ¿Qué es la Fantasía? (Parte IV : Lo fantasioso como degradación de la Fantasía) * Entrada publicada originalmente en enero de 2013 en Tierra de Fay en el siguiente enlace.
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AutoraPaula Rivera DonosoSi alguno de estos textos te es de utilidad, ¡recuerda citarme en tu bibliografía! También puedes hacer una donación en el botón de abajo. Muchas gracias~
Artículos sobre FantasíaEsta es una selección de artículos que he escrito sobre Fantasía. Son de tres tipos: reseñas, columnas y conceptos. Para textos académicos, consultar aquí. ContenidosÍndice de artículos aquí. CategoríasArchivos202220162015 |